Hazle las maletas a la alopecia y exhibe un cabello vivo y natural.

Lo primero es ser visto durante la consulta médica, donde te haremos un estudio tricológico. Es decir, uno de nuestros doctores examinará tu cuero cabelludo, tu pelo y tu grado de calvicie. Determinará entonces si eres un buen candidato o no.

En términos generales, si estás sano, no presentas ninguna patología importante y tienes una buena zona donante con suficiente densidad de cabello, es probable que puedas hacerte el injerto. No obstante, la evaluación clínica previa es esencial para investigar el origen de la caída del pelo e indicar si la cirugía es lo correcto.

No hay un límite de edad para realizarse el trasplante capilar. Sin embargo, los cirujanos especialistas capilares prefieren intervenir a personas con una edad mayor a 25 o 30 años para poder estudiar la evolución de su alopecia en el futuro.

Y no. No es mejor ni peor hacérselo cuando eres joven. Depende de tu caso concreto.

El cabello se extrae de la llamada zona donante. Suele ser el área occipital (nuca) y temporal (laterales) del cuero cabelludo al ser regiones donde no influye la acción de genes y hormonas. 

Es importante analizar primero que contamos con una buena zona donante. El objetivo es hacer el trasplante optimizando los recursos disponibles para que esta área no quede afectada.

En algunas ocasiones se pueden obtener unidades foliculares de otras partes del cuerpo, como la barba, las piernas o el pecho. Esta técnica se denomina Body Hair Transplant (BHT), o trasplante de pelo corporal. En estos casos no utilizamos únicamente estos cabellos, sino que se mezclan con los extraídos de la zona donante de la cabeza para obtener el resultado más natural.

De cualquier modo, no hay posibilidad de rechazo, ya que el pelo procede siempre de la propia persona.

No, ya que podría producirse un rechazo del cabello injertado.

En un trasplante capilar lo normal es rasurar la cabeza, ya que esto proporciona al cirujano experto en tricología la longitud perfecta del pelo para poder hacer el implante. 

No obstante, según el paciente también es posible realizar un injerto capilar sin necesidad de rapar la cabeza. Afeitando solamente algunas zonas que quedan ocultas con el resto del cabello.

Se implantan aproximadamente 2500-3000 unidades foliculares (UFs) en una única sesión y día. Esto es lo habitual, pero si la región a cubrir es muy amplia se hace una primera intervención y otra pasada 12 meses tras valorar la zona donante de nuevo. Depende del paciente.

Se aplica anestesia local, por lo que es totalmente indolora. 

La operación dura de 4 a 8 horas, pero se te pasará volando al estar dormido. Además haremos pausas para descansar y tomar un aperitivo.

La cirugía únicamente deja unas micro cicatrices en la zona donante que se llaman white dots (puntos blancos). Corresponden con el lugar de donde se ha extraído cada unidad folicular. Normalmente son imperceptibles incluso con el pelo corto.

Al ser una cirugía poco invasiva, no causa demasiados problemas. Durante la primera noche puede darse alguna que otra molestia en la zona donante, pero no llega a ser doloroso y responde bien a los analgésicos.

También puede surgir un ligero edema en la cara y ojos como consecuencia de la anestesia. Es una reacción normal y suele remitir en uno o dos días sin necesidad de tratamiento.

A partir del tercer día puede enrojecerse el área receptora donde se ha trasplantado el pelo y formarse una pequeña capa de costras que pica bastante. En la clínica tenemos productos concretos para aliviarlo.

Estas no se deben arrancar. Son algo natural como parte del mecanismo de cicatrización de la piel, debido a que para realizar cada injerto se tiene que practicar una microincisión. Es decir: son una buena señal.

El postoperatorio es agradecido. En primera instancia, tras el trasplante se aconseja no conducir, ya que pueden perdurar los efectos sedantes y haber riesgo de accidente.

Por otra parte, es común que se receten para unos cuatro días algunos medicamentos como antibióticos, analgésicos o protectores de estómago. El objetivo es paliar los posibles efectos adversos de la operación.

La etapa inicial tras la intervención es clave para que los resultados sean efectivos y permanentes, debiéndose adoptar una serie de cuidados:

• Reposar al menos durante las 24 horas posteriores. En este tiempo hay que procurar no agacharse ni coger peso para no elevar la presión sanguínea. Esto podría favorecer la expulsión de algún injerto por accidente.
• Dormir con una inclinación de 45 grados la primera noche para impedir excesivos movimientos y no ejercer fuerza sobre los pelos recién implantados. Los días siguientes es aconsejable ir acostándose poco a poco en posición horizontal pero sin rozar el injerto. De esta manera mejorará su adhesión. 
• Evitar ponerse sombreros o gorros para que no entren en contacto con el implante.
• No lavarse la cabeza. No pasa nada por ducharse, pero con la precaución de no mojarse el cabello.
• Realizar curas con suero fisiológico para favorecer la hidratación y la caída de las costras. 
• No tocar la zona receptora.

Se recomienda estar al menos 3-5 días de reposo relativo en los que se pueden ir retomando actividades cotidianas como ir al trabajo. Poco a poco se irá volviendo completamente a la vida habitual bajo indicaciones de nuestro doctor.

A lo largo del primer mes continúa siendo esencial cumplir unas pautas para que la recuperación sea exitosa:

• Evitar practicar deporte (especialmente la primera quincena) y meterse en la playa, la piscina, la sauna o el baño turco. El implante podría perder adherencia con el sudor y el agua.
• No tomar el sol. Si prevés que vas a estar expuesto, utiliza una gorra o algún otro objeto que te proteja sin que te roce el cabello injertado. 
• Tampoco someterse a tratamientos de rayos UVA en cabinas.
• Abandonar el consumo de tabaco para que la cicatrización mejore.
• Tratar de no rascarse o tocarse el pelo. Se evitarán así posibles infecciones. En la clínica tenemos productos concretos para aliviar la picazón.
• Lavarse el cabello siguiendo las instrucciones que te demos. 

Puede que tengas que seguir haciéndote curas con suero fisiológico para que las costras vayan desapareciendo gradualmente de la cabeza.

No. El nuevo cabello que nace no se cae. Si has seguido correctamente todos los cuidados postoperatorios ni siquiera sería necesario repetir la intervención. Eso sí, en el caso de que se quiera una densidad mayor a la obtenida, entonces sí que podría considerarse otro implante.

Sí, pero no se recomienda hacer esfuerzos muy duros. A partir del mes sí que se puede practicar cualquier actividad física.

Aproximadamente entre los 15 y 30 días después de la intervención el cabello injertado comienza a caerse. Es lo que se conoce como ‘shock loss’. Pero no hay que preocuparse, los folículos ya están dentro de nuestra piel y a partir del tercer mes volverá a crecer pelo nuevo.

Lo que pretendemos conseguir con el implante es restaurar la función capilar y que el cabello crezca de forma natural.

Si bien la recuperación como tal es rápida, los folículos pilosos tratados tardan hasta 6 meses en empezar de nuevo las fases del crecimiento del pelo. En ese momento la densidad capilar aumenta de manera muy paulatina y se va apreciando poco a poco.

A partir de este sexto mes se irán viendo grandes avances, pero los resultados definitivos se observarán al año de la intervención.

Esto en verdad supone una ventaja. ¿Por qué? Porque el pelo crece progresiva y naturalmente, así que no hay una mejora brusca que vaya a delatar que te has hecho un trasplante.

El trasplante se hace a partir de cabellos propios, por lo que la naturalidad es plena. Además, el diseño que se hace imita a la perfección la forma natural de cada individuo, por lo que no se notará que te has operado.

El precio es fijo, desde 60€ al mes, ya que se puede financiar. No se estima por día de intervención. De todas maneras, te daremos un presupuesto totalmente personalizado tras valorar tu caso y tus necesidades.